Val


Sus dedos querían rozar el borde de una boca aletargada, presa del miedo esperaba el instante fortuito de un segundo para gritar un...Lejos y salado estaba de ser, un estar. Mientras su boca deseaba una caricia a destiempo, la mano elegía el momento retorcido, alegre y explosivo. Agua en el remanso precipitada por sus ondas de sal, reposo en el fuego desembocado, desbocado en su propósito, impaciente y sorprendido por el dulzor de unos dedos que recorrían su pecho y se hundían mojados. Ciega, sorda y muda se quedó extasiada en el sueño de la distancia, brillando en la profundidad de unos labios entreabiertos, jugando en recintos prohibidos al roce pero libres en el sueño escondido, amante y soleado.

Cris

Fotografía: Jose A. Blanco
                                                               

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