Adios


Cómo decirte adios si no te has ido
si aún siento tus manos en mi cuerpo
si aún no he aprendido a sobrevivir 
sin tus ojos.
Cómo decirte adios si sigo buscando 
la hora que me ata a tu red
que busca en el bolsillo lleno de sudor,
el tren con destino vértigo.
Cómo decirte adios si no has resuelto 
la geometría de nuestra habitación 
llena de adobes y versos indefinidos
No quiero decirte adios
lo siento.
Aún no has descubierto
la inteligencia de las ideas,
los monólogos hablando
detrás de una sábana,
el paisaje y los reflejos del espejo 
la cintura de fuego que mirándome
te da y me da 
Fotografía: Cristina Fernández Sáinz-Maza Retoque: Izaskum Mardaras (Mucho)
este último 
espero, largo respiro.

Me llueves

A veces siento que me llueves
y me veo como pez desescamado
bajo esa nube.
A veces siento que me llueves
y me veo como un pájaro húmedo
buscando un nido.
No raciones esa nube andante
que hace que los pájaros marchen
que los peces busquen mares cálidos
lluéveme
lluéveme para no olvidar
el color de tu cielo a diario.

 

El gran espejo del terror, uno mismo



¿Pueden los vivos ser el espejo de los muertos?  
Todo parecía un ingrato día de sol.  Los pasillos alumbraban la más incierta sombra, me temblaba el cuerpo, la sangre bombeaba queriendo vomitar lluvia de indecisión por todo mi cuerpo. El compañero de la celda de al lado tenía los ojos de la muerte. Se encerraba todos los días de sol en su celda, más solo de lo habitual. No me atreví a mirarle cuando pase a la altura de sus rejas, pero tenía que desayunar. Así que cogí aire, me deslicé suavemente por el pasillo y al intentar coger impulso  -mirando de reojo su cerrojo -  mi mano se quedo encajada entre su reja-. Un sudor pegajoso empezó a recorrerme desde  la columna.  Sus ojos sangrantes me clavaron y con un golpe seco mi mano quedó libre. Como un reflejo de despedida me giré pero no pude ver nada. Había desaparecido de mi vista. Solo vi mi espejo rebosando silencios.

Vida

La vida está cerca
sonriendo
salvarla es nuestro cometido
salvar ese espacio entre la montaña
y la ola cuando nos alcanza.
La vida está en esa distancia,
que nos separa de nuestros brazos
cuando pretendemos
apresarla y cautivarla.
La vida está próxima
tejiendo
salvarla es nuestro cometido
de no caer en marea baja
de no tocar su negra arena,
salvarla es nuestra meta
salvar ese espacio entre las luces
y las sombras cuando anochece.

La vida está en esa distancia,
que nos separa de nuestras manos
cuando el corazón deja de apretarla.

Cris.



Pasiega



Y si el sabor fuera un riesgo
en una cabaña, pasiega 
habría conseguido asombrarme. 

El aire entra por todas las rendijas de esta cabaña que mi abuelo me ha dejado para trabajar en algo. Ha amanecido algo tarde y el Norte aprieta un poco más de la cuenta. Desde “San Roque” veo el mar, llego a oler la sal y las voces de los pescadores que  me recuerdan que tendré que bajar al pueblo a comprar unas anchoas para toda la semana. Ese sabor todavía se vuelve más agradable cuando las macero en vinagre y sal  y me aguantan toda la semana. Las alubias rojas ya están casi listas a las tres de la tarde y tengo que comer pronto, si quiero investigar un poco –que hoy la niebla corre más que yo-.
Seguiré escribiendo esta ruta al anochecer cuando los vientos del somo ya no entren por las piedras, cuando el silencio inunde esta cabaña de olor a sobao y mantequilla pasada si es que en algún momento retorna y llama a la puerta para inhalar el sabor del mar de lejos y la montaña, si viene de nuevo  y corre el riesgo de asombrarse ante tanta belleza, del sabor que vivo en este presente.

Video Punto Cero

Qué dura la labor del autodidacta, pero con dedicación de tiempo se pueden conseguir resultados agradables. He creado un video que si bien las imágenes no están incluidas en el poemario, representan una parte de su sentido. En ellas he incluido algunos versos de Punto Cero.
Espero que lo disfruteis.


Semiótica

Tú,  poesía
has visto el color de las nubes,
escuchado los cantos de las montañas,
el calor de una puesta de sol, acariciándote
las voces de los pájaros diciéndote adios,
el movimiento de la tierra cuando caminas,
el sabor del agua sin beberla
-quién sabe-
de los colores de la belleza,
de los cantos del sentimiento más triste,
del calor de la distancia,
de las voces de los amantes,
del movimiento de la palabra no escrita,
del sabor de la alegría,
- habla poesía-

Cristina Fernández Sáinz-Maza 2014 (Campelo A Coruña)

Hoja de otoño

Me fui galopando
con el ritmo entre las piernas
arrastrando otoños
viviendo entre cortezas, 
leña desplomada
que derrumba lo oscuro
descubriendo la piel.
Y allí
con la cabeza indomable
con el rumor entre las patas
vuelvo a ser la pupila de un  paisaje
de leve y pálida hojarasca
quemado del otoño
hoja de un camino
sueño de un otoño
entre tus brazos.
Cristina Fernández Sáinz-Maza 2015