Solo la desesperación nos libera,
nos libera de la mentira que llevamos dentro
Sola, nos devuelve a la realidad árida
realidad desnuda de la condición humana
desterrada y ausente de brillo,
nímia.
Solo la desesperación liquida toda quimera 
sin cobardía ante el reflejo de lo que creemos que somos
un reconocimiento de nuestra pequeña mugre
de nuestra ausencia de ruido en una noche de luna llena como ésta
de nuestra impotencia acunada por los vientos 
más comunes.

Cris.