Desesperación resuelta

“Panero, entre candados y rejas”- Cristina Fernández Sáinz-Maza




No tengo a nadie, no tengo a nadie, pero para qué- pienso-, si esto que me está llevando hasta el éxtasis de la vida,  es lo que he estado esperando siempre- menudo orgasmo- y va a ser solo para mí. . Me haré una fiesta de humo donde arderá la espera que me ha podrido siempre. Este mundo me ha engañado, me ha guiado como yo guío mis letras, como hijas (ilegítimas), esperándolas libres siempre mirando por el cristal de esta ventana. El mundo ya no me da miedo. Mis átomos y moléculas se perderán y crearán vida en algún lugar de la naturaleza, y puede ser- o no será- que mi ego vaya con ellas. Estoy contento porque ya no tengo que gritar por la libertad, mis palabras quedan de pasto para las ovejas que seguirán paciendo los días. Estoy contento, la desesperación que carcomía mis horas ya está resuelta. Estoy tranquilo, no tengo a nadie que se desespere por verme vivo. Espero encontrarme con nadie en ese otro mínimo código común que es el humor, en el otro espacio. -Qué de puta madre-.



"En cuanto a la tristeza como modo de venerar la libertad no libre del delirio
Diré lo mismo de otra forma porque la repetición es un señuelo casi inteligente
Ciertamente la mano polvorienta de un enano
Enseña a los hombres un pez
Significando la poesía
Que se opone bastardamente a la verdad
Que rumia aforismos en pie sobre las tumbas
Sobre las que llora el ruiseñor
Como una bruja significando el silencio
Con un vaso de placenta enemiga de la verdad
La poesía como un hombre enemigo del hombre
Azuzando a sus perros
Para que persigan la eternidad que venden los relojeros."
(De su poemario Rosa Enferma)

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