De mujeres



A lo largo de la vida se había cruzado con muchas, las amadas, las odiadas, las queridas, las deseadas, las madres, las hijas, las nietas, las abuelas, las huérfanas, las niñas.
A lo largo de la vida se había cruzado con muchas pero pocas habían logrado conquistar su alma, labrarla, trabajarla generosa, con fuerza, con ganas, con rebeldía adquirida, nacida o crecida, con ternura.
Mujeres que hablaban, soñaban, cantaban, amaban hasta decir basta, sin arrepentimiento, que aparcaban el rencor para luchar y olvidar, que vibraban, que dolían.
Mujeres a las que no les hacía falta gritar que eran libres,  porque se mudaban a diario y se vestían de blanco nuclear, con código interno para no perder la linea trazada de su propia esencia...
Mujeres que no se escondían aunque eran anónimas, que cocinaban sus ideas, que bailaban sus pasos, que se reían, que lloraban para inundarse a sí mismas, que no juzgaban ni criticaban porque perdían arte y tiempo en ello. Mujeres que se apasionaban en ocasiones y que amaban siempre para darse un homenaje diario a sí mismas; mujeres que tuvieron un boomerang de niñas y que aún juegan con él a diario.

A lo largo de la vida se había cruzado con muchas, pero pocas habían logrado conquistar su alma. Fenixas las llamaba en algún momento...

Mujeres las llamó siempre.

Cris

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